Ya alguien dijo que lo importante
no es llegar sino mantenerse, y me acuerdo de esa frase cuando empiezo
algo, y más si la cosa no depende solo
de mí. Era la segunda salida de Manteles a Cuadros y algunos de los que habían
ido a nuestra primera salida en Naan se estaban excusando por razones de trabajo y otros
compromisos sociales entonces pensé que
hasta ahí nos había llegado el impulso.
Estaba cargada de trabajo por ser mi primera semana en empleo nuevo,
aparte mis amigas estaban embolatadas: María incapacitada por una operación,
Ana Lía clavada en la oficina con un informe, Paula V con una despedida de un
amigo y Adriana L con fiesta del trabajo y Juan Pablo Lema atrapado en un regreso Bogotá- Medellín. Pero no todo estaba perdido, Caro Acosta confirmó que iría con su amiga Juliana, y
cuando salía de la oficina, Sara Jaramillo me llamó, y con su voz de emocionada
de siempre y ese ritmo apresurado que uno
hereda de años de ser corresponsal de noticia, me dijo:
-Querida no te preocupes si no me ves a las 7 y 45 en
punto, voy a hacer acto de presencia en una comida y me vuelo para Verdeo.
Con Juliana, Caro Acosta, Sara y
su marido Juan Roberto confirmados, fue suficiente para quitarme el bajón de
que tal vez no pegarían más las salidas a Manteles a Cuadros.
Verdeo se ha vuelto popular entre la gente que busca una opción distinta en el rango vegetariano. El restaurante es de dos pisos y tiene una decoración inspirada en Alicia en el País de las Maravillas, el mes pasado hice una reseña de la primera vez que fuí, y repetí ahora porque fue el lugar eligido por el grupo que se viene armando de Manteles a Cuadros.
Cuando llegué Caro y Juliana ya habían pedido y se habián comido por completo una
entrada de falafel con humus y labne. Las dos
me dijeron que las bolitas de falafel estaban deliciosas y las salsas también.
Yo pedí una entrada que había comido la única vez que había ido a Verdeo y que
me encantó se trata de champicriollas con salsa de queso y de tomar pedí el guándolo con flor de Jamaica.
Entrada champicriollas $ 9.500 |
La noche traería varias
sorpresas, y es que cuando pensábamos que solo seríamos cinco, llegaron Pipe
Soto, Ana López con su marido Andrés y
Dora Veléz. Con ellos compartí la
entrada y además pedimos un limón marroquí que son unas tostadas untadas con
queso crema y con un ligero sabor a limón, acompañadas con fresas y kiwi, muy, pero muy, ricas
Entrada de limón marroquí $11.500 |
Paula V que fijo no alcanzaba a
estar, hizo el esfuerzo por hacerme el aguante y llegó con Libo,
un amigo, al que el ir a Verdeo, seguro, se convirtió en su más reciente pesadilla,
pues detesta lo vegetariano y la palabra comida es sinónimo, sí o sí, de proteína animal.
Después de mucho rogarle, Libo aceptó
tomarse una cerveza y compartir un sanduche de tres quesos con Paula V, pero sé que no se nos une más en este programa.
Derretido tres quesos $17.000 |
Esperamos a Sara y a Juan Roberto para pedir
los platos principales, y Sara entró con una pinta de coctel que me
emocionó porque sé que hizo todo lo humanamente posible para comer con nosotros.
De plato fuerte Caro y Juliana
compartieron una hamburguesa verdeo que
es a base
Hamburguesa Verdeo $14.500. Hamburguesa Ratatouille $17.500 |
Berenjenas parmesanas $ 17.800 |
Lasagna $17.800 |
Milonga flor de Jamaica $7.000 |
Tampón ecológico |
Dirección : Crr 35 #8a -3 barrio Provenza
Teléfono: 444 09 34
Teléfono: 444 09 34
Precio: Entre $20.000 y $30.000 por persona
Comida calificación: 9 puntos
Ambiente: 10 puntos.
Comida calificación: 9 puntos
Ambiente: 10 puntos.
Atención: 7 puntos. (No nos avisaron que la propina estaba incluida, así que cuando pagamos dejamos $18.000 de más, diciendo que era por propina y el cajero debió decirnos que ya la habíamos pagado. Es por ley que deben avisarte este tipo de cosas, así que terminamos dejando $42.000 de propina por una cuenta de $292.000)
Dato a tener en cuenta: Dictan clases de cocina y tienen un buen menú para llevar y hasta para congelar en la casa.
Todavía me estoy saboreando mis berenjenas. Y el postre también. El tinto con el que acompañé el postre me pareció muy, pero muy pequeño y estaba tibio. Y yo que necesitaba satisfacer mis necesidades cafeínicas porque con cocacola no se pudo. Allá no venden esas bebidas tan tóxicas, pero tan necesarias para mi alimentación.
ResponderEliminarAyyy Sara,es evidente que nuestra coca cola esta perdiendo espacio, me la tienen bastardiada, hay que hacer una campaña por el respeto a esta bebida. Yo todas las noches le doy gracias a Dios por la Coca Cola y el aire acondicionado.
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