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19 de julio de 2012

En Verdeo lo doy porque quiero


Paula Vélez lo da porque quiere, y lo da los martes y jueves, como  muchísima otra gente que , primero, lo daba en el ya desaparecido bar Calle 9,  y desde hace un par de semanas, en el restaurante Verdeo y  la Miscelánea.  Para que me entiendan, Lo doy porque quiero es un evento semanal de charlas sobre diversos temas, donde expositor y público están en un ambiente relajado, fuera de la rigidez de un salón de clases, y sin el formalismo académico o laboral.  Resulta que el martes pasado el tema era “Europa en Sabores” y el expositor, Juan Pablo Tettay, quién es  critico gastronómico y  trabaja para El Colombiano.  Paula Vélez me invitó a que yo también lo diera, porque sabe que me gusta el tema culinario y porque desde hace meses quería conocer el restaurante Verdeo, que está en la carrera 35 # 8A-3  en el barrio Provenza.
Público de lo doy porque quiero en Verdeo. Foto Paula Vélez
 Mientras escuchábamos  a Juan Pablo Tettay  hablar del origen de las tapas españolas,  Paula V, Ana Lía y yo pedimos para compartir una entrada de papas criollas al champiajillo -raro en mí hacer esta elección, sabiendo que le tengo pánico a los platos con nombres compuestos por  la creativa forma de las  primeras sílabas  de ambos, ejemplo: champipollo choriarepa, etc-.  No sé si era por el tema de la conferencia, o porque era hora de la comida, pero el sabor de esa entrada jamás lo olvidaré por lo rica que estaba. Eran papas criollas con champiñones enteros, bañados en una salsa de quesos. La consistencia era muy suave y después de cada bocado te dejaba un leve sabor a limón.
Guandólo con flor de Jamaica $3.500 y papas criollas $9.500. Foto Paula Vélez
Ana Lía quería pedir una coca cola, extraño en ella, pues siempre quiere bebidas naturales, pero justo la pidió en un lugar que venera lo saludable y por lo tanto no venden gaseosas. Así que  las tres pedimos  guandólo con flor de Jamaica, para quienes no sepan, el guandólo está hecho a base de panela y limón o naranja agria, la flor de Jamaica le daba un toque de frescura y por supuesto, le cambiaba el color café de la panela por un rojo intenso.

En este punto de la noche, Lo doy porque quiero iba en la mitad de la charla de Tettay, que después de explicar algunos platos típicos españoles, pasó a hablar de la comida francesa, en especial de los picnics que se arman en cualquier lugar de París.  Atrás de todos los asistentes estábamos nosotras tres, enloquecidas con nuestros platos principales, yo pedí una  hamburguesa verdeo, que está hecha a base de siete granos y tiene pan integral,  para acompañar puedes elegir entre papas criollas con romero o ensalada,  escogí las papas que venían con  una salsa pesto. Sé que remplazar la carne de la hamburguesa es algo impensable para muchos, pero hagan el intento, antes había probado hamburguesa de lenteja y me supo a carne, y está de siete granos, estaba simplemente deliciosa.
Hamburguesa Verdeo. $14.500. Foto Paula Vélez



La carne es de siete granos entre ellos lenteja. Foto Paula Vélez


Entre Paula V y Ana Lía pidieron un derretido de tres quesos, en pan árabe, con manzana verde y champiñones, también pidieron de guarnición las papas criollas, que les sirvieron con una exquisita salsa de maracuyá.

Derretido de tres quesos $17.000. Foto Paula Vélez

 Mientras nosotros no parábamos de comer, Juan Pablo Tettay hablaba de Roma, de los restaurantes cerca a la Fontana di Trevi, y  cerraba su charla de “Europa en Sabores”  con un consejo que puede servirnos de guía para elegir restaurante cuando viajamos: “Cuando voy a un restaurante del que no tengo referencias me dejo guiar por la música, si esta me gusta, la comida también me sabrá rico, si no hay música, lo que miro es que el lugar no este lleno de turistas, porque si es así, seguro la comida es cara y mala”


Para cerrar esta noche, en Verdeo nos ofrecieron una degustación de ceviche de soya y mango biche, con  galleta de soda. Muéranse, si cierran los ojos creen que están comiendo camarones por lo parecido del sabor y sobre todo por la textura medio gomosa que tiene este ceviche, eso sí de apariencia no es tan  apetecible. No le tome fotos, pero pruébenlo si pueden.

Nuestra cuenta por la entrada de papas champiajillo, tres guandólos con flor de Jamaica, una hamburguesa verdeo y un derretido de tres quesos fue de $56.000 con el servicio incluido. Un promedio de $19.000 cada una.  Yo a Verdeo espero volver, no una, sino muchas veces, porque no me alcanzó ni la vista, ni el tiempo, y menos el paladar para comerme por completo ese lugar, que aparte de ser restaurante, esta conectado por unas escaleras con el mercado orgánico CERES. Además si no estoy loca ni bajo el efecto de algún alucinógeno, creo que la decoración de Verdeo está inspirada en Alicia en el País de las Maravillas, bueno, a mí,  el Sr. Conejo Blanco  se me apareció todo la noche que pasé en Verdeo. ¿Solo me pasa a mí?

6 comentarios:

  1. Lo del conejo nos pasa a varios, incluso desde que estaban más abajo. Verdeo es delicioso!!!!

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    1. Si, salta desde cualquier lado, la próxima vez que vaya voy a buscar el agujero por donde escaparme como Alicia

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  2. Y si! el guandolo con flor de jamaica una maravila, el sitio y la compañia buenisima,ah y esa salsita de marauyá una cuquita. Claro que volveré también.

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    1. Una cuquita, jajaja, si serás chirreta. Verdeo, es el próximo lugar de encuentro de Manteles a Cuadros, 16 de agosto. Rogá para que la vida nos encuentre laburando, así podemos gastar, jajaja. Besos

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