Pasé muchos días tratando de evitar
esta reseña, porque tengo sentimientos encontrados con el restaurante Milagros. Mi historia es esta: hace un par de años mis amigas me insistían en
que tenía que ir a un restaurante de comida mexicana en el barrio Provenza, pasamos
un par de veces pero era imposible conseguir mesa porque era pequeño y estaba
muy de moda, Me fuí del país y cuando
volví en noviembre pasado quedé de verme con algunos amigos de la universidad en el sitio del que tanto mis amigas me habían hablado. Milagros se había mudado a unas
cuadras de su primer local a una casa grande, cuando entré tenía la
sensación de estar en la casa de dulces que sedujo a Hansel y Grettel, de haber
sido escrito el cuento por Gabriel García
Márquez. No sabía a donde mirar, cada metro cuadrado era lindo. Dos
niñas de no más de 10 años -supongo que
familiares de los dueños- nos dieron papel
y lápiz para que escribiéramos un deseo a la Virgen de Guadalupe, supongo que tratándose
de virgen era más un Milagro ¿por qué los deseos no son cómo de lámpara de
Aladino?, en fin, escribí emocionada y ese papelito fue guardado en una caja, después de hacer la tarea
nos ponían en la mano una manilla con la medalla de la Virgen de Guadalupe.
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Milagros, Barrio Provenza, el Poblado. Foto página Facebook de Milagros |
En este punto la comida, que ni siquiera había probado, me importaba poco porque nada podía
superar la magia de esta experiencia, lugar lindo, mesa bien ubicada, milagro en curso y
medalla de la Virgen de Guadalupe. De entrada te ponen
unos totopos fritos, hechos en casa, acompañados de sour cream y una salsa roja no
picante. Eramos cinco personas y pedimos dos
platos para compartir, me acuerdo que uno de esos platos era la tacada que trae todo lo que acá conocemos para hacer fajitas, son muchos recipientes
con salsas, carne molida, frijol refrito y lechuga. Estos recipientes vienen sobre una base
giratoria para que sea más fácil rotar y
que cada uno vaya haciendo sus propias
combinaciones, el punto negativo es que sólo trae cuatro tortillas, así que es
necesario pedir una porción extra.
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La Tacada para compartir $35.000. Foto sacada de una página web |
Después de esa primera experiencia volví con una pareja de amigos argentinos que
había venido a visitarme y
otra vez pedimos la tacada, y otra vez la porción extra de tortillas. Ellos quedaron encantados con el lugar, como nos pasa a todos. Hace unos días
abrieron
Milagros en Laureles así que con tres
amigas esperamos afuera media hora por una mesa vacía, nos tocó en el segundo piso, que como muchos segundos pisos de restaurantes, es asfixiante, se
concentran los olores de la comida y el ruido de las otras mesas, aunque haya ventanales como los que tiene
Milagros. Miramos la carta y me dí cuenta porque
siempre pedíamos la tacada, y por qué en la mayoría de las mesas pasaba lo
mismo, la carta es muy extensa así que uno opta por lo que medio sabe que es,
además
los precios en platos individuales
están entre los $20.000 y $40.000.
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Carolina y yo , con la cerveza que creo vale $5.000 |
Ese día me harté de la tacada, hay que esperar que gire el guacamole
que está usando una de tus amigas, hay que pedir tortillas extra, y entre la
decencia de dejar rotar la base esa terminás armando cualquier cosa. Una amiga que llegó más tarde pidió
sagrados mexicanos
que tiene frijol refrito, guacamole y queso y se acompaña con totopos. De tomar pedimos cerveza Lupita que viene con
el michelado que usamos acá con corona de sal y zumo de limón, además de una
salsa roja picante. Creo que la cuenta por la tacada, tres cervezas, una gaseosa y unos sagrados mexicanos, más la adición de tortillas, fue de $82.000 con propina incluida, algo así como $20.000 por cada una, teniendo en cuenta que fue un plato compartido entre tres.
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Nosotras y la tacada. Foto nosotras |
Hace pocos días estaba en un centro comercial con Paula Vélez y su hijo Romeo de 6
años y cuando le preguntamos que quería comer dijo: "Vamos al lugar de los mejores
nachos del mundo", que resultó siendo
Milagros. Atravesamos media ciudad para ir a Milagros y ese día me harté de los “mejores nachos del mundo” demasiado grasosos y por lo tanto adictivos.
Muchos que lean esto dirán que no he probado los mejores
platos de Milagros y que estoy equivocada, pero puedo probar la carta entera y
lo único que me explicará el éxito de este restaurante de comida mexicana es su apuesta a lo
visual, no puede un cliente pelearse con tanta belleza: la enredadera
verde que cubre todo un techo y está llena de luces, los corazones colgados por todos lados, las sillas de
colores y los murales con la Virgen de Guadalupe y niñas concediéndote Milagros.
¿Quién bajo esa escenografía discute? Al menos yo no, que he vuelto a pesar de que siempre
pidamos la misma tacada - error mio y de mis acompañantes- que me esté asfixiando por el picante y que pida una gaseosa a tres meseras distintas y nadie la
traiga y a nadie le importe, - error del servicio- , que los precios me parecen un poco exagerados
para el tipo de comida que es –consecuencia de la popularidad- y que los tales
totopos sean un taponador de arterias aún para un niño de 6 años- error
de la madre-. Aquí el reconocimiento es para los dueños de Milagros que entendieron
que los comensales de hoy pagan el
precio que sea por una experiencia, no por una comida.
Creo que cuando estos lugares están en todo su furor el servicio es el primer afectado. Se creen que está por encima del bien y del mal.
ResponderEliminarDavid, que bueno que escribas, si, lo del furor de los lugares es un tema que tienen que tener en cuenta los restaurantes, porque si bien van ganando clientes cada día, también van perdiendo otros. Y una mala experiencia con la comida es de las cosas que uno no quiere repetir. Y es muy dificil que uno le de una segunda oportunidad a un lugar donde falló el servicio
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy bueno Rockstar, tienes razón es un sitio que nadie hará un mal comentario del establecimiento y mucho menos las mujeres es un sueño para algunas, pero cuando fui al de Laureles en mi cumpleaños (no pague, pero tampoco pedí el más caro por que si son caros los platos) el servicio fue demorado, falto un pedido y a la persona le toco irse sin comer por el tiempo que teníamos, pero lo excusamos por estar nuevo gran error porque debería ser todo lo contrario, para algunos las porciones son normales, pero no se debe ir con personas que prefieren cantidad y ver el plato lleno porque de verdad se sale aburrido aunque en mi caso me divertí mucho viendo la cara de cada uno cuando le traían su plato que estaba muy bonito pero para ellos muy poquito.
ResponderEliminar¿Y a mí cuando me toca la salida de manteles a cuadros? besos y abrazos.
Pipe, cuando quieras hacemos una salida manteles a cuadros, incluso estamos tratando de armar un grupo por acá de desconocidos que nos juntemos cada 15 días y que propongan un lugar. Ayer estuve en Zorba, creo que será mi nuevo café en el mundo. Lo de dices de Milagros es cierto, sobre todo no es un lugar que los hombres escojan si no son arrastrados por una mujer. Te mando un beso y voy pensando en un post para convocar un grupito de foodies que se animen a salir por ahí a catar lugares.
Eliminartotalmente de acuerdo, ese restaurante es magia y nada más, la comida pasa a un segundo plano
ResponderEliminarPeor aun. "Milagros" es una vitrina tamaño local comrcial. Allí no se va a gozar del disfrute de una buena experiencia gastronómica. Allí se va (los que van) a un simple acto de exhibición y voyerismo. A ver y a ser visto.A lo sumo a curiosear una propuesta estética colorida pero, por demás, recargada. Una apuesta perdida porque lo estético (aun si es bien logrado) no puede opacar el disfrute del buen comer. Nada extraordinario. Un sitio más que llega se pone en boga y se irá, porque la desidia por el buen servicio y unos platos apenas dentro del promedio tarde o temprano pasan factura, a veces incluso más costosa que las que allí se expiden. En este caso, el verdadero milagro parece ser que este establecimiento aun siga respirando..
ResponderEliminarLuis, que argumentado tu comentario. Gracias enormes por tomarte el tiempo de darnos tu opinión, y sólo me resta decir AMEN
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