Cumplí años hace un mes, pero ustedes entenderán que una foodie como
yo tiene que poner festejos en lista de
espera. Mi amiga Dora se inscribió para
celebrarme el cumpleaños, y esperó su turno, casi como se espera un turno de
cirugía en una EPS. Sí, sé que estoy desvariando, debe ser que inhalé la
pintura fresca de mi cuarto, el asunto
es que Dora me pidió que escogiera un lugar para ir a comer, así que pensé en comida
árabe, y buscando en guías de restaurantes, me gustaron tres lugares, dos de ellos, en El Poblado, pero estaba mamada de El Poblado, quería ir a
donde no tuviera que ocuparme más en conseguir parqueadero, que en comer. Me acordé de Fenicia, al que
había ido un par de veces y que está en la
carrera 73 con Circular 2, Avenida Jardín en Laureles. No sabía que esta maravillosa invitación iba a
ser mi debut como SEÑORA, pero es algo que les contaré al final porque tengo
que relatar cronológicamente como nos fue con la comida.
Pedimos de entrada hummus -Soy intensa con mis antojos, hasta
que no quedé hastiada no paro, esta era la segunda vez, en tres días, que comía
este puré de garbanzos con pan árabe. A
diferencia del que comí en Zorba , el hummus de Fenicia tenía más
presencia de ajo y aceite de oliva.
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Entrada de hummus $6.000. Foto, yo |
De plato fuerte yo pedí un plato mixto Fenicia que trae,
arroz árabe - con pollo y almendras-, un
kibbe, dos rollitos y tabulé, además de un pequeña porción de hummus – tercera
porción de hummus que comía en tres días –. Dora pidió un shawarma mediano y semiabierto con kafta – carne de res molida
con especias-. El shawarma venía acompañado con dos salsas: labne - que es
yogurt cortado- y salsa de ajo. Mi plato estaba muy rico. Sé que
el arroz árabe puede parecer un tanto grasoso, pero es un gusto que me doy muy
de vez en cuando y sin culpa. EL tabulé
de Fenicia ha sido uno de mis preferidos en la vida. El shawarma no lo probé pero
Dora me dijo que sabía mejor con la salsa de ajo que con el labne. La presentación del shawarma no me gustó para nuestra mesa, papel aluminio y
bolsita plástica desentonaban con nuestras copas de vino tinto. Supongo que
viene así para que no se te desparrame el contenido, pero me parece que es más
comida para llevar que para servir en la mesa.
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Plato Mixto Fenicia $17.000. Foto, yo |
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Shawarma mediano semiabierto $11.000. Foto, yo |
A Fenicia hay que ir temprano, porque por tarde, cierran
a las 9 p.m los sábados, así que no pedimos postre para irnos después a otro
lugar a tomar un café con más calma. La
compañía y la comida eran perfectas, pero
un suceso en ese lugar cambiaría algo dentro de mí. Resulta que en Fenicia no aceptan tarjetas de crédito- para que lo
tengan en cuenta, solo reciben efectivo
y débito Bancolombia-. Aunque Dora era quien había hecho la invitación, y solo
traía la tarjeta de crédito, yo me ofrecí a pagar y así empieza la escena con
uno de los meseros:
Yo: -¿Me puedes traer la cuenta?
Mesero: - Por supuesto , SEÑORA
Siento un frío que me recorre todo el cuerpo, y pienso
que no debe dolerme tanto, porque para el mesero, que no debe pasar de los 20
años, alguien de más de 25 años es un señora. Me tranquilizo y con la cabeza en alto voy
hasta la caja a hacer la transacción. Detrás del mostrador esta una Señora,
creo que es la dueña, una mujer con acento medio caribeño y entre 55 y 60
años. Ella muy amable pasa la tarjeta
por el datafono y me dice.
-Ya puede firmar, SEÑORA.
Whattt?????? Me tiembla todo. Firmo rápido para salir de ahí corriendo.
Que un chico de 20 años te diga SEÑORA, duele, pero que una
señora de verdad te lo diga, te apuñala.
Le agradezco a Dora el celebrarme el cumpleaños, pero no
quede con ganas después de mi debut como SEÑORA. A pesar del duro golpe a mi ego, les recomiendo
Fenicia. Por una entrada de hummus, un plato mixto
fenicia, un shawarma mediano, media botella de vino tinto y una coca cola, Dora
pagó $64.500 – ellos no incluyen en la
factura la propina- . Para dos personas
que quieran ir a comer y no tomen vino, el promedio puede estar en $20.000. Muy
barato, teniendo en cuenta que la comida es deliciosa.
Señora...esto, señora lo otro mmm conozco ese sentimiento. A mí me pasó una peor, tanto, que amerita contarla personalmente.
ResponderEliminarMe muero por escuchar la historia, Sara. Ya casi nos vemos, el jueves en nuestra primera salida de Manteles a Cuadros. Besos
EliminarEl sitio es muy familiar, me trae muy buenos recuerdo y la comida es muy rica.
ResponderEliminarAbrazos, señora.
Si, me acuerdo de haber ido allá con vos, donde la que cumplía años no estaba muy contenta con la elección de lugar, jajaja.
Eliminar¡Doña Paula!
ResponderEliminarQue buen vino que es Doña Paula
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