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3 de julio de 2012

Mezzaluna: El sábado no es para comer ensalada


Este sábado quería  ir a un lugar  nuevo para mí, a ver si me curaba del vicio, recién adquirido, de solo querer comer en Le Coq Así que con María fuí al Mall Zona 2 Sur donde hay un par de restaurantes que quería conocer: Guadalupe y Sushi Market. Estabamos haciendo un recorrido por el segundo piso  cuando vimos Mezzaluna,  nos pareció lindo y aunque decía: Salad bar, quería saber que más ofrecían porque hay cosas que me deprimen, entre ellas comer ensalada un sábado en la noche, pero todo sucedió tan rápido que no pude reaccionar, el mesero en una mano tenía la carta que le entregó a María, ésta en el segundo siguiente estaba sentada, y de la otra mano, como un mago, el mesero sacó un platico con zanahorias partidas en juliana acompañadas de una salsa blanca. Yo seguía de pie cuando mis ojos hicieron un primerisimo primer plano de la boca de María mordiendo una zanahoria, no había nada que hacer, con esa imagen se fue toda posibilidad de irnos del lugar, si o sí ibamos a tener que comer sano.

Resignada y poniéndole la mejor onda pedí una sopa mexicana a base de crema de tomate con  aguacate partido en cubos  y  unas tiritas de pimentón asado, acompañados por unos nachos muy artificiales, pálidos y con sabor a tostiarepa. La sopa zafaba solo que le faltó un poco de picante así fuera un poco de pimienta molida.

Sopa Mexicana $5.000. Foto María Isabel Loaiza


Como  les conté en un post pasado, María no come ni cebolla, ni tomate ni ajo, así que es todo un reto comer con ella y más si el lugar es de ensaladas, entonces de entrada la carta ofrecía mini pancook y ella pidió de champiñones y yo pedí de pollo, como venían de a dos intercambiamos uno y uno. El pan  que hace de recipiente es integral y con pasas que le da un sabor dulce,  una buena idea para compensar lo salado del queso gratinado, pero aparte vienen bañados en una salsa de queso, supongo que para ablandar la masa del pan, pero esa salsa es muy fuerte, lo que hace que no se logre un equilibrio entre lo dulce y  lo salado.

Minipancook de champiñones y pollo. $9.000. Foto María Isabel Loaiza
Sé que  no suena muy atractivo  para algunos comer en un Mall, pero en Zona 2 Sur  cada local de comida tiene su propio mobiliario y música, no hay una plazoleta en común como en los centros comerciales. En Mezzaluna esa noche había varias mesas ocupadas, en su mayoría por parejas jóvenes, donde la chica estaba feliz con su mega ensalada pero había que ver la cara de los hombres, resignados a comer algo liviano un sábado. Como somos una cultura de la exageración en las porciones, en Mezzaluna para atraer gente los platos son gigantes y en su propuesta de ensaladas hay algunas que seguro tienen más calorías que un combo Big Mac como  la mezzaluna azteca que tiene lechugas crespas, batavia, acompañadas de pico de gallo, aguacate, maíz tierno, pollo grillé o apanado, frijolitos negros, queso mozzarella, nachos y vinagreta de pimientos dulces y picantes.

 Foto tomada de la página de Facebook de Mezzaluna
De tomar yo  pedí una coca cola y María una cerveza, tenía ganas de algo natural pero no me llamaron la atención los jugos porque no estaba especificado de que eran, solo estaba escrito jugo en agua  o en leche. Le recomendaría a la gente de Mezzaluna que crearán un buen  juice blend para que combinara con la oferta tan amplia de ensaladas, ahora esta muy de moda probar con varias frutas, verduras y hasta especias  en las bebidas.

Por los dos minipancook, la sopa, una gaseosa y una cerveza, pagamos $33.000 con la propina incluida.   Las ensaladas en promedio valen $16.000 y para los que tanto verde en el plato les agobia, pueden pedir esos mismos ingredientes pero en wrap y cuesta $10.000. Como opción de almuerzo Mezzaluna es perfecto, de hecho hacen mucho énfasis en su servicio a domicilio, así que aprovechen los que están en la zona  para que rediman las calorías de más de este puente festivo comiendo ensalada.

En general el sitio cumplió en servicio, súper buena onda los meseros, también en lo que ofrecía y en el precio,  lo único es que yo no tenía programado comer ensaladas así que no quedé loca de muerte con mi comida de esa noche, y tengo que contarles que después  nos encontramos con otros amigos, que no habían comido y los llevé por el camino de mi reciente adicción: Le Coq, donde disfruté viéndolos comer a ellos y me tomé dos margaritas de mango biche.

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