Nueva York: primera parte

Se acercan las vacaciones, y como muchos tienen con qué irse a pasar "un verano en Nueva York", he querido compartirles algunos de los lugares que visité después de una búsqueda en internet, minuciosa y casi al borde del TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), dos meses previo a mi viaje. Partamos de que si vas a la capital del mundo es porque piensas comer bien, si es para atiborrarse de hamburguesas, papas fritas  y pizzas es mejor quedarse acá. 

Agarren mapa y buen estado físico, porque van a tener que recorrer Manhattan de punta a punta para ir a estos imperdibles lugares. 

 Russ & Daughters

Tiene el mejor bagel con queso crema y salmón ahumado de Nueva York, no lo digo yo, sino la encuesta hecha a todos los críticos gastronómicos de Estados Unidos. Ubicado en el Lower East Side, el barrio judío tradicional de Manhattan, Russ & Daughters es atendido por tipos que llevan corbata por debajo de una bata blanca. El local es re chiquito y largo como un chorizo, de un lado están las vitrinas para escoger todo tipo de pescados curados: salmón, bacalao, esturión, truchas, arenques, caviar, etc. Y del otro lado las estanterías con chocolates, frutos secos y toda clase de galletas.

Si miras la carta puedes terminar enloqueciendo con la variedad, la recomendación es dejarse guiar por el instinto, porque hay por lo menos ocho tipos de salmón ahumado, diecinueve variedades de caviar y ocho versiones de cream cheese. 

En la foto, yo soy  la que está sentada con cara de felicidad total.

Caminamos mucho para llegar a Russ & Daughters, creo que #calichedice no entendía a dónde es que íbamos, pero conoce mi férrea voluntad y sabe que si no encuentro un lugar al que he planificado ir no tendré paz el resto del viaje. Esperamos una larga fila para ser atendidos y cuando pedimos nuestros bagel de queso crema y salmón nos dijeron que no había bagel,  y qué si podía ser en otro pan, así que nos fuimos por el shissel rye (pan de centeno).  Después de haber hecho semejante viaje no me iba a poner fastidiosa. El tipo que nos atendió, un señor divino, nos contó que cuando no hay bagel, algunos prefieren irse sin comprar. ¿No se supone qué lo mejor de este plato es el salmón y el queso crema? gente boluda.

Russ & Daughters funciona desde hace 100 años, fue fundado en 1914 por Joel Russ. Dicen que sus hijas invitaban a sus pretendientes a probar el salmón del local del padre y después de eso les ofrecían matrimonio.  Esto, interpretado por Joel como de buena suerte, fue lo que supuestamente le dio pie a que en 1933 le agregarán  al nombre del local el & Daughters. 

El bagel con salmón ahumado y queso crema (clásico) cuesta US18 y es suficiente para un almuerzo al paso. La dirección es 179 E. Houston Street y se puede llegar en subte. 

Eataly 

Era viernes, y después de estar en Russ & Daughters, nos encaminamos a Eataly, el mercado ultramoderno de cocina italiana a cargo  del chef Mario Batali. Eataly está cerca al Flatiron building en 200 5th avenue. Vas caminando y te encuentras una puerta, como de un local cualquiera, y cuando entras, son más de mil metros cuadrados de exhibición de todo lo que puedas imaginar de la cocina italiana. A pesar del tamaño del sitio, es imposible caminar. Nosotros pensamos que se debía a que era viernes en la tarde, y más de uno estaba de after office, pero no, es la constante.  

En Eataly se agrupan 12 restaurantes, cafés y heladerías, también hay espacios donde se dictan clases y un mercado para comprar lo que se te antoje, desde verduras hasta mozzarella recién hecha. 

Frustados por no encontrar donde sentarnos, se nos ocurrió agarrar un par de cosas y llevarlas a la casa para picar; una buena botella de vino, pan, jamón cocido y paté, pero desistimos al ver las largas filas para pagar. No queríamos irnos sin probar algo en Eataly, así que la opción fue la fila más corta, la de helados. Pedí la copa mediana con pistacho y chocolate. Cansados de tanta gente, salimos a la plaza que queda al frente de Eataly y nos comimos el helado viendo como se prendrían las luces del Flatiron. 

La recomendación es que vayan a contracorriente de la masa humana, no sé, traten de ir a la hora del desayuno ó tipo 4 de la tarde de lunes a jueves. Eataly es un sueño y vale la pena recorrerlo, comer y hasta comprar algunas cosas para llevar. 

Chelsea Market

Acá quedaba la fábrica de Nabisco, donde se inventaron las galletas Oreo, después se convirtió en una de las zonas más degradadas de Nueva York, y desde hace más de 15 años es el sitio de moda del Meatpacking District.  En Chelsea Market uno encuentra desde tiendas de diseño hasta pequeños mini mercados. Llegamos después de caminar por el High Line, una de las últimas atracciones de Nueva York. Es un parque en altura hecho sobre las antiguas vías de un tren, a medida que lo recorres vas viendo otra perspectiva de ciudad, abajo las calles congestionadas y por encima, cada vez más cercanas, las cúpulas de los edificios más altos. 

Como todo en Nueva York, el Chelsea Market también estaba a full. La imagen reiterativa era una mesa con japoneses, cada uno con su langosta. Logramos abrirnos espacio en el Lobster Place y optamos por las bandejas de sushi preparado, ir directo a la caja y esperar que alguien se levantara de su silla para comer. El autoservicio es la solución en sitios congestionados. Si hubiera estado alojada cerca de Chelsea Market juro que hubiera comido todos los días la misma bandeja de sushi que cuesta entre 10 y 16 dólares, dependiendo del peso.

Ahora que hago esta reseña me doy cuenta que comí mucho pescado en Nueva York, pero como les dije al inicio de este post, al ir a Nueva York es casi obligatorio comer bien. Hay restaurantes por todos lados, eso sí, hay que evitar los que quedan en el circuito más turístico, como Times Square.

Espero que esta primera parte les sirva de guía, habrá segunda y tercera. Los dejo este comienzo de lunes con la imagen de una súper langosta de Lobster Place.