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7 de junio de 2015

Restaurante Malevo: mi portal a Narnia


Hay escenas de tu vida que vienen con iluminación, sonido ambiente y banda sonora. Las rebobinas una y otra vez como si se tratara de tu momento protagónico en el cine. La más reciente de las escenas rutilantes de mi vida sucedió en el restaurante Malevo.  Caía una lluvia delgada, abundante e insistente,  nos bajábamos de un taxi donde el conductor intentó, a través de un cd, convencernos que se venía el juicio final y que este diluvio era el principio del fin.  

Malevo es una casita, como esas que uno dibujaba en el kínder, pintada de blanco y bordeada por focos amarillos pequeños. Eran las 7 en punto de la noche y el lugar estaba solo. Cuando puse un pie dentro de la casa, me recibió la voz de Adriana Varela, que con un fondo de bandoniones, cantaba: Te morías por volver con la frente marchita, cantaba Gardel.  Se me estrujó el alma, fue como si al abrir la puerta para bajarme de aquel  taxi hubiera cruzado a Narnia,  a lo para mí es Narnia: Buenos Aires, Argentina. 

El piso en mosaico, las mesas y las sillas en madera oscura y rústica; la lluvia, los mates exhibidos, el mesero que se acercaba con su acento. Estaba geográficamente en el barrio Manila, pero a la vez en Argentina. 




Era mi cumpleaños y le había pedido a #Calichedice festejarlo en Malevo. A pesar de que llovía le pedí que nos hiciéramos afuera porque con la música la nostalgia iba a ser más fuerte y quería que ese sentimiento sólo me lo trajera el paladar. 

La carta tiene un menú por $48.000 que simula un viaje por distintas provincias de Argentina. Las entradas representan unas regiones, el plato fuerte otras y el postre lo mismo. Estos tres pasos vienen acompañados por una copa de vino, también existe la opción de pedir a la carta. 

Antes de la entrada, como se acostumbra en la mayoría de restaurantes, bares o bodegones de Argentina, te sirven algo para picar. Nos trajeron unas tortas fritas con berenjenas al escabeche, que me comí sola porque #Calichedice no quiere tener nada que ver con las berenjenas. 


Las fotos me quedaron todas con un tono amarillo, no es la nostalgia, es la luz cálida que dan los bombillos.

De entrada pedí una empanada mendocina, viene en masa de hojaldre, acompañada con chimichurri y lentejas con ajíes. Las lentejas no me gustaron porque tienen mucho vinagre del ají y estaban un poco duras. Las empanadas las prefiero en masa criolla y al horno, pero no habiendo esa opción, esta empanada mendocina de carne me llevo al cielo. 

Entiendo que para adaptar este alimento al paladar colombiano, omitan la aceituna y el huevo duro en el relleno y es que la aceituna es un tema complejo en nuestra cultura.  

Si no van a pedir la empanada dentro del menú de $48.000, como entrada sola cuesta $6.000. Tiene buen tamaño para compartir. 



De plato fuerte pedí un pastel de papa al estilo Tucumán. Es picadillo de carne de ternera, cebollas y setas (champiñones), cubierta con puré de papas sazonado con canela. Esto le  da un primer gusto a dulce - salado que impacta.  Le di a probar a #Calichedice sabiendo que no es muy entrenado en sabores arriesgados. dijo: rico, diferente. (Ok, el diferente lo dice todo).

Recomendado el pastel de papas si quieren probar algo de la comida argentina fuera del asado, y sabe más rico si el día está frío. Si  lo piden como plato único sale $25.000.


#Calichedice pidió a la carta un solomo de ternera que venía acompañado de una guarnición de papa y verduras grilladas, además de una ensalada. #Calichedice no pudo con todo y dejó intacta la ensalada y la papa. 

Cada tanto el dueño del local, Joel Argüello y otro mesero, venían  a ver como íbamos, hasta que de un momento a otro Joel se quedó con nosotros el resto de la noche. Yo lo había visto algunas veces en Zorba, donde él era el administrador.  Nos contó que era de Bariloche, de lo que era estar en Medellín y hasta de la diferencia de la harina de acá y la de Argentina, lo que dificulta que las empanadas y las pizzas tengan la misma consistencia y sabor. (con razón las empanadas acá me quedan tan gruesas, la harina nuestra es más pesada).


Pensé que nos ibamos a quedar dos horas, pero comenzaron a irse algunos meseros que terminaban turno y nosotros seguimos ahí, en mi Narnia. Las historias seguían y después de contarles que estaba cumpliendo años me trajeron una piedra con dos alfajores encima  y al lado, una matera. Nos comimos los alfajores, cuando Joel me dijo que lo que había dentro de la matera también era para comer fue un Oh no!! - los que me conocen se imaginarán lo que debe ser para mí comer de una maceta, La gloria-. El postre se llama echando raíces y es un mousse de café y cognac. Pareces comiendo tierra, regalo del universo para mí. 


Después vino lo mejor de la noche. Con el restaurante ya sin clientes, solo nosotros, José, uno de los meseros, se nos unió a la conversación. Mientras él contaba las anécdotas del mes que lleva en Medellín, yo servía de "interprete" a #Calichedice sobre los términos argentinos. Hubo una de tantas historias que nos hizo partir de risa. Cuando José llegó a Medellín, Joel lo invitó a tomar aguardiente. Se tomó el primer trago y dice que se le erizó la piel, se quedó callado, cuando venía el siguiente, le dijo a su amigo: -No te ofendás, pero estoy sufriendo. 

Terminamos la noche tomado café mientras seguía lloviendo sin parar. Fue la noche que imaginé para mi cumpleaños, atravesar imaginariamente un portal que me acerque a uno de los lugares donde más he amado la vida: Buenos Aires.


De Malevo como restaurante, les digo que la comida transmite el amor que estos chicos le ponen, en como están servidos los platos y su sabor,  se siente  la nostalgia de ellos, combinada con la alegría de compartir un pedazo de su país con Medellín. La comida es una suma de conjuros, de estados de ánimo, de deseos que se transmiten y si quieren salir encantados, vayan a Malevo. 



Nuestra cuenta fue de $148.000 por una entrada, dos platos fuertes, el postre, una gaseosa, dos caipiroskas, cinco cervezas y la propina incluida. No nos pareció costoso teniendo en cuenta la calidad de la comida, el ambiente y la atención. Además de la cantidad de bebidas que pedimos. 

Información:  
Dirección: Calle 11 A # 43 E 32, Barrio Manila, El Poblado, Medellín
Teléfono: 5802150
Precio aproximado: Entre $30.000 y $ 45.000 por persona 
Comida: 10
Ambiente:  9.5 
Forma de pago: efectivo, débito y tarjetas de crédito 
Dato a tener en cuenta:  Te cubren dos horas de parqueo. Están cerrados los lunes. Las reservas se hacen a partir de cuatro personas. 




7 comentarios:

  1. "uno siempre vuelve a los lugares donde amó la vida"… lovely

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  2. No te ofendás ! Pero estoy sufriendo !

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  3. La versión en inglés: I'm in pain ! Lo escuché en una serie y recordé a José con sus historias

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  4. Y habrá retorno al mundo de Narnia el 11? Quien confirma esto?

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    Respuestas
    1. Hola Alejandro, este 11 no lo vamos a hacer porque Malevo reabre después de tres días de reformas y justo ese día cumple un año, así que me pareció un caos reservar. Además, acá entre vos y yo y cientos más que leen ese día arranca la Copa América y no quiero perderme el primer partido, jajaja. Lo dejamos para el miércoles 17, podés?
      Besos

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