Hacia mucho calor, pero no me importaba, yo quería tomarme
un café, así que le pedí a Santiago, un amigo, que me acompañara a MacCafé,
cuando iba a pedir el cappuccino mocca que siempre pido, la chica que atendía
nos dijo que había happy hour, así que pagábamos un café y recibíamos otro, me
emocioné, pero me duró menos que menos la dicha, cuando mi querido amigo abrió
la boca y dijo: “Ah bueno, entonces dale el cappuccino a ella, y a mi dame dos
smoothies de mango y durazno”. What??? Sí, el tipo no toma nada caliente, así
que se supone que pagaríamos lo que íbamos a pagar sin saber que había happy
hour y yo me iba a tener que tomar dos cafés enormes. No era negocio para mi
cuerpo el meterle una doble porción de un espresso doble con salsa de chocolate
caliente, espuma de leche y cacao. Pero
Santi, educado por una madre como la de todos, enferma por las promociones del Éxito,
donde se llevan paquetes de cocas plásticas que no necesitan, sólo porque pagas
una y llevas ocho, se fue a la mesa con sus dos smoothies. No pudimos hablar de
nada porque el pobre se la pasó tratando de digerir el alto contenido de azúcar
de su vaso, tanto que cuando iba en la mitad del primer smoothie, le tocó
pedirle a la chica que le echara agua ,
así que el segundo lo dejó en la mesa sin tocarlo. Esas son las pequeñas revanchas que me da la
vida, eso le pasó por no compartir conmigo el happy hour.
Smoothie de mango y durazno. Foto Macdonalds |
Sé que MacDonalds es como Ricardo Arjona, todos lo odian,
pero hay quien lo escucha en secreto, A mi no me da pena decir que voy, tengo
razones que no tienen que ver con la hamburguesa, pero eso lo cuento en otro
post. El tema es que MacCafé me gusta mucho, al menos acá en Colombia hasta en
ese lugar tomás buen café. El MacCafé de la avenida del Poblado, al lado de
Oviedo, es el que más me gusta porque está medio separado del MacDonalds, lo que te aísla de ese olor a grasa tan característico del
restaurante de comida rápida más popular en el mundo. El local de Laureles no tiene la ventaja de estar separado pero tiene una terraza en el
segundo piso, de por lo menos 100 mts
cuadrados, donde no tenés el ruido de
los niños en los jueguitos ni el griterío de los adolescentes.
Arriba del MacCafé está la terraza, si llueve o hace mucho sol abren las sombrillas |
Después de mi frustrado happy
hour con Santiago, regresé con Carolina mi amiga para asegurarme de que las dos pediríamos lo
mismo, pero nos enteramos que el happy hour es de lunes a jueves, de 3 a 5 de la tarde, Caro cumple horarios de oficina, así que nunca
le tocara el happy hour, que parece ideado para amas de casa, desempleados,
estudiantes y ese grupo selecto que
maneja su tiempo. No, no estoy en ese grupo, estoy en el de los desempleados.
El cappuccino mocca cuesta $4.600 |
Como nos gusta tanto el MacCafé y hasta una promoción es
buena excusa para pasar un rato con una amiga, nos tomamos dos capucchinos
mocca y compartimos una porción de chesscake de frutos rojos y un palito de
queso. El café estaba rico y el cheesecake estaba suave, y nada dulce, el palito
de queso, pues lo de siempre con esos palitos, te quitan el hambre pero no te cambian la
vida, los sacan de la vitrina, les dan un golpecito de horno y te lo comes y
seguís tu vida. Nada memorable. Por los dos cafés, el cheesecake y el palito de queso pagamos $17.000.
Ya saben, si por alguna razón están libres de 3 a 5 de la
tarde de lunes a jueves, supongo que los festivos no aplica, pueden darse una
pasadita por MacCafé, el happy hour solo aplica para las bebidas sean frías o calientes, eso si no pidan Smoothies, a no ser de que tengan más
tarde un examen de curva de glicemia.
A Santiago solo le importaba tu compañía, recuerda que a vivido toda su vida entre montañas y definitivamente lo mueven los mas básicos instintos, entre ellos la gran atracción que le producías, lo interesante y embelesador de tu voz y boca.
ResponderEliminarUn mal producto pero la mejor compañía.
Ah buuuuuueeehhhh, esto se vino con declaración tardía de amor y todo. Jajaja, Nahhh, vos sabés, Santiago, que tengo la mejor onda con vos. Un Beso, y me iré a amasar tus tartas.
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