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7 de julio de 2015

Nuestra primera cita



¿Han sentido un momento tan perfecto que duele?  Iba rumbo a la primera salida de este año de Manteles a Cuadros y había una luna inmensa, un cielo despejado y yo sólo pensaba en lo perfecto que era ese instante.  En Malevo, #Calichedice esperaba en una mesa amplia, que supe que no se iba a llenar, pero estaba tan feliz que eso no importaba.

A la primera cita, que tantos pidieron, acudimos #Calichedice y yo, Ana María Ruiz y Ana María Corena, y todo seguía siendo tan perfecto que dolía. Para #Calichedice era un poco estresante que no llegara más gente, pero lo bueno que tienen estás convocatorias es que el espacio está dado y no importa si son dos, cuatro o veinte personas, quien se suma cuenta como si tuvieras el estadio lleno.


Convinimos en compartir dos entradas y dos platos fuertes.  La tarta de berenjenas y la empanada mendocina fue lo primero que probamos. La tarta tiene un toque ahumado y viene acompañada de un tomate relleno con ensalada de quinoa. Tienen que probar ésta tarta, incluso los que no se le miden a la berenjena. La empanada, como siempre, riquísima y esta vez me supo mejor la ensaladita de lentejas con la que viene acompañada. 


De plato fuerte nos fuimos por el pastel de papa, que es un estofado de solomo con uvas pasas, setas y hongos de pino de la Patagonia. Ana Corena viajó en el tiempo con ese sabor, dijo que le recordaba a un plato que cocinaba su abuela, muy colombiana y que todavía está viva. Le dije que le sacará la receta lo más pronto posible. Otro de los platos que compartimos fue recomendación de José, el mesero que tantas historias nos contó la primera vez que fuimos a Malevo. Era un ojo de bife a termino medio,cuando comes carne en un restaurante argentino, es casi imposible que el corte y la cocción no sean un viaje de ida al placer. 



Cerramos con una crostata de limón que es una masa crocante con crema, merengue flambeado y una pasta de chocolate que compartimos entre los cuatro. Creo que en mi próxima visita la pediré para mi sola. Durante el postre vivimos un mal momento cuando entró una mujer gritando y detrás de ella salieron todos los meseros y los cocineros.  Resulta que la mujer es la novia de uno de los cocineros, y estaba esperándolo afuera mientras terminaba el turno, y como no es extraño en esta ciudad, se le acercó un tipo  y cuchillo en mano le quitó el celular. Nosotros nos sentimos tan mal, no por lo que desgraciadamente se nos convirtió en natural: el robo, sino por la cara de susto e impotencia de ese grupo de extranjeros que  no tienen tan familiarizada la violencia a costa de un simple celular.  Estrenarse en el miedo y la paranoia constante no es algo que uno le desee a alguien.

La cuenta fue de $136.400 con la propina incluida. Un promedio de $34.000 por persona. Lo que hicimos fue pedir un menú de $48.000 que viene con entrada, plato fuerte y postre y un plato fuerte aparte ( el ojo de bife) $29.000.  Para nosotros fue suficiente comida y probamos un poco de todo.  Reciben todas las formas de pago: efectivo, tarjetas débito y de crédito.
Para quienes quieran saber más del restaurante Malevo en Medellín, pueden hacer click acá en la reseña que hicimos hace poco.  

La próxima cita de Manteles a Cuadros será la primera semana de agosto y aún no hemos definido el lugar. ¿Se les ocurre algún restaurante dónde la pasemos bien, comamos rico y podamos antojar a quienes nos leen? se aceptan todas las sugerencias. 
Besos, 

6 comentarios:

  1. Con esas descripciones de platos y sabores, quiero volver ya. Invítame la próxima vez que vuelvas por fa, para ir con Juan Pablo y conversar más de Argentina. Un abrazo

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  2. Hola Paula, que tal comida de mar? Creo que falta un relato para un sitio de estos!

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