Descubrir un balcón con el techo tapizado de verde y luces hace que, inevitablemente, quieras subir ahí a pasar la tarde. Esa es la primera imagen que te brinda Olé-Olé, un restaurante de comida española en la Vía Primavera. La segunda imagen que te queda en la mente es la de su dueño (creo que lo es), un chico de baja estatura con gafas de aumento marca Versace, pantalón tipo uniforme de odontólogo con un estampado infantil, unas - las ya tradicionales- crocs que usan los cocineros y un look capilar adolescente.
El cocinero súper buena onda y con un acento españolisímo, te pide que lo dejes sentarse a tu lado para narrar paso a paso el menú. Es una estrategia que hace sentir a los clientes importantes, pero yo no sé si tanta información desplegada, verbalmente, confunda en vez de ayudar a la hora de elegir un plato y miren que yo me precio de tener una memoria prodigiosa.
Después del recibimiento fuimos directamente a la carta. Empezamos con media jarra de sangría de frutos rojos, que trae de presentación una astilla grande de canela. La sangría estaba rica, nada que discutirle. De entrada pedimos un pan que se hace en un horno de leña que está a la vista de los clientes. Aquí si tengo que hacer uso de la prosa: resulta que algunos de los chefs top del momento, andan buscando que sus creaciones generen, en quien las come, una experiencia de viaje a los mejores sabores de su infancia. (pregúntenle a Massimo Bottura, Niki Nakayama ó Magnus Nilsson). Este pan me transportó a la casa de una de mis tías abuelas en Santa Fe de Antioquia, donde las arepas se hacían al amanecer en una callana y con leña.
Era imposible superar ese pan, acompañado de tomate en compota. #Calichedice y yo después pedimos unas lumpias, que vienen armadas como unas flautas en una masa de hojaldre crocante y carne muy bien mezclada con verduras. La salsa en las que se pueden remojar no me gustó para nada, era una especie de soya con el porcentaje más alto de sodio que jamás probé en mi vida, tanto, que le mataba el sabor a la lumpia si la bañabas en ella. Así que obvié aquella salsa que además de salada, tenía un gusto final de menta.
Queríamos compartir dos platos fuertes y comenzamos con pulpo a la plancha acompañado de una mini causa con salsa huancaína por encima (típico de la comida peruana). Estaban rico los dos, pero en especial el pulpo. Cuando íbamos a pedir el segundo plato fuerte para compartir, no dejaba de pensar en el pan y me animé a ir por el segundo. Al chef conversador creo que no le gustó mucho la elección, pues dijo algo así como: bueno, pan y vino. Y acá si con buena onda le digo: está genial el restó y la comida, pero tanto estar encima de los clientes para que prueben lo que quieres poner a circular del stock, y que además no aparece en la carta, lo que te priva de saber cuanto gastar o pagar por algo, no es buena estrategia para enamorar nuevos clientes.
La media jarra de sangría cuesta $25.000, la porción de pan $ 8.000, las lumpias $20.000 y el pulpo $25.000. Nosotros pagamos en total, propina incluída $106.700. No es un lugar promedio para ir de tapas y chupar vino hasta que no demos más. Es más un restaurante para ir a comer en pareja y repetir pan recién hecho.
Les quedo debiendo fotos de Olé - Olé adentro y de su fachada para ambientar un poco más pero no encontré en la web ninguna que me gustara.
Información:
Dirección:Carrera 37 # 8a-29 #25 Sur
Teléfono: (4) 5813939
Precio aproximado: Entre $40.000 $ 60.000 por persona
Comida: 8
Ambiente: 8
Ambiente: 8
Dato a tener en cuenta: Estacionamiento por parquimetro en la zona.
Forma de pago: Efectivo, débito y crédito
Estuve hace un mes, como ese pan, muy rico con elll tomate con aceite de oliva, de fuerte como paella, también estuvo rica. Pero tengo mis "peros", para ser un restaurante español no tienen ninguna cerveza de la madre patria, quería comer aceitunas y tampoco tenía, es España!!! Quede con ganas de probar el pulpo. De servicio si es bueno, aunque a mi no me atendió el español, aunque si rondaba por todos lados.
ResponderEliminarCuando será la próxima salida de los fans de manteles a cuadros?